pandemia
Confieso que apunto los dìas en el calendario. Si no esta
Confieso que esta tercera semana de encierro sí comencé a deprimirme.
Sentí tristeza de no ver a mis padres.
De no disfrutar de mis amigas.
sobre todo me costó levantarme hoy.
Ahora sí le dije a mi esposo. Vas tu. No me levanté a hacer el desayuno, ni me desmañané con mi hijo.
Ayer dije que Desde ahora todos los domingos serían de domingo familiar: ya sabes, cocinar, vestir la mesa, arreglarse y disfrutar de convivir en familia.
Y a partir de ahora, haré picnics en casa.
A las pocas horas de pararme tarde, ya estaba algo irritada, llevaba desde la una cocinando y después de ver un video de Debora, caí en el veinte.
Su video me inspiró y en chinga me fui a cambiar el batón de pijama.
Estaba harta de estar en la fodonga y a las prisas. ¿Por qué me acelero? Si al final lo hago por mi. Porque me gusta cocinar y celebrtar. Así que aventé la cuchara y me fui a cambiar.
Confieso que he estado usando batas, sin maquillarme, ni arrglarme. Y vaya que suelo ser coqueta.
Encontré mi lencería más fina color Índigo, Aquella de Dita VOn Tesse que compre en un viajea Austria. Uno de esos recuerdos invaluables. De los que tengo de cuando soltera, más joven y menos maternal.
Me pinté los labios de rojo, me puse aretes y me peiné, perfumé.
Saqué la bocina y con un mezcal me puse a bailar en la cocina como hace mucho no lo gozaba.
Aunque tarde 3 horas aquí